Según la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, en su artículo 88, indica:

Artículo 88. Derecho a la desconexión digital en el ámbito laboral.
Los trabajadores y los empleados públicos tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar.

 

Por tanto, la desconexión digital es el derecho del trabajador a prestar sus servicios no más allá de su jornada laboral.

 

Jornadas de teletrabajo que se alargan hasta horas intempestivas, correos electrónicos que se contestan durante los fines de semana o reuniones por videollamada fuera de horario laboral establecido. Estos son algunos ejemplos de prácticas que no respetan el derecho a la desconexión digital de los empleados; y la realidad es que el teletrabajo, fórmula consolidada en muchas empresas desde que se decretó el estado de alarma, ha hecho que sean mucho más frecuentes los casos en los que los trabajadores ven vulnerado este derecho. La digitalización conlleva avances, como el trabajo en remoto, pero también implica diversos inconvenientes, como es la desconexión digital.

 

El derecho a la desconexión digital es el derecho de los empleados a no contestar videollamadas, emails, WhatsApps o cualquier otro tipo de comunicación fuera de su horario laboral. Consiste en respetar el tiempo de descanso, los permisos y las vacaciones, además de la intimidad personal y laboral de los trabajadores. Además, la ley también recoge la obligación de la empresa de establecer una política interna de desconexión digital, previa audiencia de los representantes de los trabajadores, para que se garantice.

 

Para los expertos, dichas políticas de las empresas, acordadas con los trabajadores, y otras medidas como el registro de la jornada diaria y de las horas extraordinarias favorecen el ejercicio del derecho a la desconexión digital. Por ejemplo, la prolongación indebida de la jornada sin retribución, aunque sea una realidad, es una infracción de normas sancionable, al igual que el trabajador siga conectado de forma irregular durante los descansos o fuera de la jornada. Pero existen otros factores más allá de la regulación.

 

La falta de desconexión digital no es un asunto baladí. La consultora tecnológica Capgemini señalaba, a mediados de 2020, que los profesionales se sentían más cansados y un 56% daba como causa la conexión permanente; además, según la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), las personas que trabajan desde el hogar con regularidad son más del doble de propensas a trabajar por encima del límite máximo de 48 horas semanales y corren el riesgo de descansar menos de las 11 horas requeridas entre días laborables.

 

Para los expertos, el miedo a perder el trabajo y la cultura de la presencialidad hace que al trabajador le cueste desconectar. “Es un tema complicado porque en muchos casos el trabajador puede verse condicionado por el sesgo de ‘si no atiendo la llamada o no respondo el correo ahora puedo perder mi trabajo o limitar mis posibilidades de promoción profesional’, especialmente en un escenario de incertidumbre y crisis”. Aunque haya diferencias entre los empleados, “no debe confundirse responsabilidad profesional con esclavitud digital”.

 
Otro problema es que el teletrabajo se ha impulsado debido a la pandemia sin una preparación previa. La urgencia económica ha hecho que muchas personas cuelguen el cartel de ‘siempre disponible’. Un análisis reciente de GlobalWebIndex afirmaba que el 74% de los teletrabajadores revisLa clave reside, no solo en garantizar el derecho a la desconexión digital y el cumplimiento de la ley, sino en fomentar un entorno de confianza, dar autonomía a los empleados, ayudar a la flexibilidad, marcar pautas organizativas y preocuparse por el bienestar con planes de salud,a su correo fuera del horario laboral, frente al 59% de quienes no trabajan en remoto.

 

Sin embargo, el reto será construir una nueva cultura laboral. En 2017, un informe de ESADE e InfoJobs recogía que el 51% de la población activa española declaraba responder correos electrónicos y atender llamadas de trabajo durante su periodo de vacaciones o en sus fines de semana y que solo el 28% de las empresas españolas tenía alguna política de desconexión digital. Por entonces no había pandemia, pero, tal y como destacan los expertos, esta puede servir para reformular cuál podría ser la mejor forma de trabajar.

 

Ahora bien, iniciamos el periodo vacacional de mayor fuerza en el año, y desconectar, tanto física como mentalmente, es una obligación que tenemos todos los trabajadores y realizar la desconexión digital, tanto profesional como personal, también debería de ser uno de nuestros objetivos. Es fundamental para nuestra salud, disfrutar en nuestros descansos, semanales y vacacionales y, el disponer de una mente liberada genera mayor efectividad en todas nuestras acciones.

 

A continuación indicamos algunos puntos a poner en práctica para facilitar el proceso de utilizar eficientemente las herramientas digitales y por tanto, favorecer la desconexión digital:

 

Concretar la duración y los temas de las reuniones

Todos alguna vez, hemos protestado de las reuniones interminables. Es fundamental, establecer un tiempo determinado para estos encuentros, ya sean presenciales o digitales, además de indicar los asuntos que se van a tratar, lo cual nos hará ser más eficientes y no mal gastar nuestro tiempo y el de los demás.

 

Priorizar tareas

Muchas veces oímos, todo es URGENTE, y la verdad es que no es así. Debemos diferencias la prioridad real de nuestras tareas, además de optimizar el tiempo, daremos cumplimiento a plazos y objetivos, lo cual favorece el descanso.

 

Organizar tareas antes de vacaciones

Preparar un informe de estatus sobre los temas que quedan abiertos y las personas de contacto en relación a ellos permite que otros compañeros puedan avanzar durante el periodo vacacional, sin necesidad de interrumpir a la persona responsable.

Interrumpir a una persona en sus vacaciones debe de ser algo totalmente extraordinario y por un asunto realmente urgente.

 

Limitar el vínculo digital

Acciones como desactivar notificaciones relacionadas con el trabajo fuera del horario laboral o configurar la respuesta automática del correo durante las vacaciones permiten evitar la tentación de estar pendiente de los canales de comunicación relacionados con el trabajo.